Lumbalgia


Definición:

La lumbalgia es el dolor que se produce en la región inferior de la espalda y las personas mayores de 60 años son más propensas a sufrirla. ¿Pero cuáles son las causas? Existen muchas causas entre las cuales podemos clasificar en 2 tipos:


Lumbalgia específica:

Aquella en la que se llega a conocer la causa, la cual se llega a reconocer en el 20% de los casos. En el 5% de los pacientes, el dolor lumbar es síntoma de una enfermedad grave subyacente. Estas son las causas que se deben descartar en el servicio de urgencias.

El lumbago asociado a enfermedades específicas con un tratamiento a su vez determinado pueden ser:
  1. La artrosis: la lesión de las articulaciones de la zona. La artrosis se suele localizar en la columna cervical y lumbar, en algunas articulaciones del hombro y de los dedos, la cadera o la rodilla. En este caso sería en la zona lumbar.
  2. La osteoartritis (artritis degenerativa) produce un deterioro del cartílago que cubre y protege las vértebras. Se cree que este trastorno se debe en parte al desgaste y el desgarro producidos por años de uso. Los discos localizados entre las vértebras se deterioran, estrechando los espacios y comprimiendo las raíces nerviosas espinales, y a veces se desarrollan proyecciones irregulares de hueso en las vértebras, que también comprimen las raíces nerviosas espinales. Todos estos cambios pueden producir dolor lumbar y rigidez.
  3. La osteoporosis: En la osteoporosis disminuye la densidad ósea, provocando que los huesos sean más frágiles (más propensos a fracturarse). Las vértebras en particular son susceptibles a los efectos de la osteoporosis, lo que a menudo causa fracturas por aplastamiento (compresión), que pueden originar un dolor de espalda intenso y súbito, y compresión de las raíces nerviosas espinales (que pueden producir un dolor de espalda crónico). Sin embargo, la mayoría de las fracturas debidas a osteoporosis se producen en la parte superior y media de la espalda y causan dolor en esas zonas más que en la región lumbar.
  4. Hernia o disco roto o herniado. Cada disco tiene una cubierta resistente y su interior es blando y gelatinoso. Si un disco es comprimido repentinamente por las vértebras que se encuentran por encima y por debajo de él, se puede desgarrar la cubierta (rotura), lo que causa dolor. El interior del disco puede abrirse paso por el desgarro de la cubierta, de modo que parte de su interior sobresale (se hernia). Esta protuberancia puede comprimir, irritar y hasta lesionar la raíz nerviosa espinal contigua a esta, lo que origina más dolor.
  5. Espondilolistesis: La espondilolistesis es una afección en la que una de las vértebras de la columna lumbar “se desliza” hacia adelante en relación con la vértebra inferior. Ocurre mas frecuentemente en la quinta vértebra lumbar.
    Generalmente es causada por el estrés en las articulaciones de la parte baja de la columna. Son factores de riesgo algunos deportes tales como gimnasia (técnicas inadecuadas de atletismo), rugby, buceo, lucha libre y levantamiento de pesas.
    Puede estar asociada con la artropatía de la articulación facetaria. Aunque esta afección puede causar dolor lumbar y ciática, puede no causar ningún síntoma.
  6. Enfermedad degenerativa del disco: La enfermedad degenerativa del disco es parte del proceso normal de envejecimiento. En muchas personas es indoloro, pero en otras puede provocar un dolor debilitante intenso. Comenzando a partir de los 30 años de edad, el núcleo dentro del disco se deshidrata con daño en su composición como pérdida de proteoglicanos (moléculas que retienen agua y mantienen hidratado al disco con forma y altura óptima). Este proceso resulta en un deterioro progresivo de las estructuras adyacentes como la placa terminal cartilaginosa, pequeñas articulaciones facetarias y ligamentos. Este proceso aumenta el riesgo de dolor.
  7. Ciática: La ciática es un tipo de radiculopatía. Ocurre cuando una de las cinco raíces del nervio espinal que formarán el nervio ciático, está irritada. El dolor suele ser agudo, ardiente y se extiende por la parte posterior o lateral del muslo y puede llegar hasta el pie o el tobillo. También puede sentir entumecimiento u hormigueo. Ocasionalmente, la ciática también puede estar asociada con debilidad muscular en la pierna o el pie. Si un disco está herniado, el dolor ciático a menudo aumenta al toser, estornudar o presionar.
  8. La estenosis vertebral la columna protege la médula espinal y permite la movilidad. estar en pie o inclinarse. Pues bien, la estenosis espinal causa un estrechamiento de la columna que ejerce presión sobre los nervios y la médula espinal y es lo que provoca el dolor. La estenosis vertebral, que en las personas mayores es una causa frecuente de dolor lumbar, se puede producir en personas de edad madura que tienen el canal medular estrecho de nacimiento.
  9. En algunas enfermedades sistémicas de perfil inmunológico como la espondilitis anquilosante, puede existir una afectación especifica inflamatoria de la zona lumbar con disminución de su flexibilidad a lo largo del tiempo. Otras como la psoriasis, la enfermedad inflamatoria (enfermedad de Crohn), pueden originar secundariamente afectación de esta zona de la columna con una importante disminución de la calidad de vida de la persona afectada. De la misma manera, algunos tumores que asientan en estructuras cercanas a esta zona anatómica (riñones, páncreas) o metástasis en las vertebras de tumores de otros órganos pueden ocasionar dolor lumbar.
    El dolor referido (que se origina en otros órganos o partes del cuerpo) tiende a ser profundo, molesto, constante y relativamente generalizado (difuso). De manera característica, el movimiento no lo afecta y empeora durante la noche. Se puede originar en otra parte del cuerpo, como los riñones, la vejiga, el útero o la próstata, pero se siente en la parte inferior de la espalda.
  10. Otras causas de este tipo pueden ser: Escoliosis o cifosis (curvaturas de la columna vertebral) , ciática, desgarros, fractura de la médula espinal, cáncer que compromete la médula espinal, Infección del riñón, presencia de cálculos renales, enfermedades que afectan a los órganos reproductores femeninos.

Lumbalgia inespecífica:

Se estima que corresponde al 80% de casos y generalmente son de origen mecánico ya que  no se llega a identificar claramente la estructura que origina el dolor. Es un proceso benigno de duración limitada, aunque recurrente, más frecuente en adultos de mediana edad y en mujeres. Los factores que con mayor frecuencia pueden desencadenar el primer episodio son: coger cargas, adoptar posturas incorrectas, las vibraciones, un bajo nivel de satisfacción laboral, obesidad, problemas relacionados con el embarazo, factores psicológicos y el estrés.

Desde el punto de vista práctico se puede clasificar la lumbalgia como aguda (aquella con menos de 7 días de evolución), subaguda (entre 7 días y 7 semanas) y crónica (más de 7 semanas).

El sedentarismo y la inactividad física también facilitan la pérdida de masa muscular, su mal funcionamiento y su contractura.

Factores de riesgo:

Determinados factores pueden aumentar su riesgo de sufrir de dolor lumbar. Estos incluyen lo siguiente:
  • Sexo: Afecta mas a las mujeres, pero se agudiza mas en hombres a partir de los 40 años en mayor incidencia relacionado a una hernia de disco.
  • Técnicas inadecuadas para el levantamiento de objetos: Usar los músculos de la espalda en lugar de las piernas para levantar objetos pesados ​​puede causar una hernia de disco. Girar el cuerpo mientras levanta un objeto también puede hacer más vulnerable su espalda. Levantar objetos pesados ​​con fuerza de las piernas, y no de la espalda, puede proteger la columna.
  • Pesos: Tener sobrepeso también sobrecarga los discos en la zona lumbar.
  • Actividades repetitivas que sobrecargan la columna: Muchos trabajos son extremadamente exigentes. Algunos requieren levantar o empujar objetos, inclinarse o hacer movimientos de giros de forma constante. El uso de técnicas de elevación y movimiento seguros puede ayudar a proteger su espalda.
  • Actividad profesional: En trabajos sedentarios de oficina por falta de ejercicio o por el contrario trabajos muy activos agrícolas o en transporte manual de cargas.
  • Factores psicológicos: La ansiedad, el stress, la actitud pesimista o negativa en la vida, la falta de confianza, el miedo a volver a recaer, son factores muy a tener en cuenta para cronificar la lumbalgia.
  • Conducción frecuente: Permanecer sentado durante largos períodos, sumado a la vibración del motor del automóvil, puede ejercer presión sobre la columna vertebral y los discos.
  • Estilo de vida sedentario (no activo): Hacer ejercicio de forma periódica es importante para prevenir muchas afecciones médicas, incluida la hernia de disco.
  • Tabaquismo: Se cree que fumar disminuye el aporte de oxígeno al disco y causa una degeneración más rápida. 

Características del dolor:

Dolor (puede variar desde una molestia leve a un dolor fuerte e incapacitante) que se irradia a la ingle, las nalgas o la parte superior del muslo (rara vez llega debajo de la rodilla). También puede no irradiarse por la pierna.
  1. Es un tipo de dolor que puede interrumpir el sueño.
  2. El dolor es más pronunciado a primera hora de la mañana y otra vez al final del día.
  3. El dolor es tipo sordo, continuo o intermitente, en la parte inferior de la espalda que se agrava después de hacer algún esfuerzo.
  4. Al estar de pie o al caminar generalmente empeora el dolor.
  5. La lumbalgia se alivia pronto después de sentarse
  6. En la lumbalgia por enfermedades sistémicas como la espondilitis anquilosante, el dolor no es mecánico, sino inflamatorio, y esto significa que el reposo empeora la sintomatología, siendo más acusado el dolor y la impotencia funcional por las mañanas tras el descanso nocturno.

Pruebas para Diagnosticos:

  • Examen físico
  • Radiografía: a través de rayos X, obtenemos una imagen del interior y del estado de los huesos.
  • Tomografía computarizada de la región lumbar: imágenes más detalladas, o exploraciones, de regiones internas del cuerpo.
  • Resonancia magnética de la región lumbar: un examen de imagen que utiliza imanes y ondas de radio potentes para crear imágenes del cuerpo.

Tratamiento:

  • Nada de actividad física: durante los primeros dos días es recomendable suspender la actividad física normal, lo que te ayudará a aliviar sus síntomas más dolorosos y a reducir la inflamación existente en la zona. Eso sí, no se recomienda el reposo en cama ni detener la actividad durante mucho tiempo.
  • Aplícate hielo y calor: es recomendable utilizar hielo durante las primeras 48 a 72 horas,  y luego utilizar calor, por ejemplo con una manta eléctrica o una toalla caliente.
  • Realizar ejercicio de forma regular y adaptado a la capacidad del individuo.
  • Dos tipos de ejercicios pueden ser útiles: ejercicios aeróbicos (como la natación) y ejercicios de estiramiento y fortalecimiento de determinados músculos (como hacer inclinaciones pélvicas y flexiones abdominales). Algunas técnicas como las utilizadas en Pilates pueden favorecer la musculatura lumbar y prevenir lesiones.
  • Evitar estar de pie o sentado durante períodos prolongados, así como las posturas o movimientos que generen dolor. Es aconsejable cuando se deba permanecer de pie durante un período prolongado de tiempo que se descanse sobre una de las piernas, evitando la bipedestación sobre las dos a la vez.
  • Mantener una buena postura cuando la persona está de pie o sentada. En la silla se deberá asegurar la posición de 90º que marca la propia silla, de tal manera que este ángulo se forme entre los muslos y la espalda.
  • Dormir en una posición cómoda sobre un colchón firme. Cuando se adopte la posición lateral en la cama, es recomendable colocar algún cojín o almohada pequeña entre las piernas de manera que no contacten las dos rodillas. De igual manera, al levantarse de la cama deberá hacerse en decúbito lateral, descendiendo las piernas primero para separar posteriormente el tronco del colchón mediante el brazo.
  • Algunos ejercicios posturales en casa pueden aliviar este problema, sobre todo aquellos en los que la espalda repose en el suelo y las piernas se flexionen con la ayuda de los brazos hacia el abdomen, o bien colocando las piernas sobre el asiento de una silla formando 90º entre los muslos y el tronco.
  • Aprender a levantar los objetos correctamente (doblar suficientemente las rodillas, de manera que los brazos se encuentren al nivel del objeto que va a ser levantado).
  • Si persisten los síntomas más de 4-6 semanas a pesar del tratamiento conservador, o la intensidad aumenta durante el mismo, es necesario volver a valorar al paciente de forma completa, realizando pruebas diagnósticas y tratamientos específicos, si lo precisa.
  • El tratamiento farmacológico se basa en los fármacos analgésicos (paracetamol), antiinflamatorios y relajantes musculares (estos últimos, no más de dos semanas).
  • A partir de la segunda semana, debe recomendarse ejercicio aeróbico suave y, a partir de la cuarta semana, ejercicios de flexibilidad y fortalecimiento del tronco.
  • Por otra parte, a diferencia de lo que erróneamente se piensa, no es recomendable mantener reposo en cama siempre y cuando no se trate de una causa seria de dolor de espalda. Lo más aconsejable, por tanto, es permanecer activos, reduciendo sólo la actividad durante los primeros dos días.

10 Consejos para ayudar contra la lumbalgia:

  1. Control de peso: Conseguir el peso ideal dependiendo de la edad y complexión va a ayudar a mejorar el dolor y que las articulaciones no se deterioren tan rápidamente. Sigue una dieta antinflamatoria que mejora los dolores crónicos.
  2. Vida sedentaria: Evita el sedentarismo ya que causa sobrepeso, atrofia muscular y rigidez
  3. Descanso y dormir: La postura ideal para dormir seria de lado con las piernas flexionadas con una almohada o cojín entre las piernas o boca arriba con un cojín debajo de las rodillas que descansa la columna lumbar. Dormir boca abajo, produce más presión sobre las lumbares.
  4. Deporte: Realizar, ejercicios aeróbicos, tipo yoga, pilates, natación, caminar, estiramientos o aguagym son recomendables. El ejercicio es muy importante no solo para recuperarte sino para evitar recaídas.
  5. Cuidados posturales: Usar silla o colchón ergonómico, evita estar sentado largos periodos con la columna encorvada o inclinada hacia delante o en el borde de la silla, ya sea al conducir, al usar el ordenar, subir escalera, etc.
  6. Situaciones de stress y ansiedad. Está demostrado que agravan los dolores crónicos lumbares. Si fuera necesario busca apoyo psicológico.
  7. Sobrecarga: Evite levantar objetos pesados o flexionar la columna en exceso desde la posición de pie, llevar mochilas y bolsas pesadas al trasladarlas, y llevar más peso en un brazo que en otro.
  8. Calzados: Evita calzado demasiado alto, más de 3-4 cm, producen presión excesiva en la zona lumbar.
  9. Tóxicos: El tabaco, alcohol y la automedicación: Pueden disminuir el nivel de oxígeno en las células y tiende a cronificar las patologías, muchos fármacos producen hipotensión y trastornos neuromusculares.
  10. Rehabilitación: Un fisioterapeuta puede ayudar a disminuir la lumbalgia, recomendar un programa con ejercicios específicos que permitan recuperar la fuerza, el movimiento y la flexibilidad de la espalda y las piernas.


Distensión muscular, desgarro o espasmo muscular:

Una de las causas más comunes de la lumbalgia aguda es la distensión de un ligamento o de un músculo de la espalda. Al levantar algo pesado, torcerse o realizar un movimiento brusco, puede producir un estiramiento de los músculos o ligamentos o provocar desgarros microscópicos.

El grado de dolor por una distensión muscular lumbar puede variar de una molestia leve a un dolor fuerte e incapacitante, según el grado de la distensión y de los espasmos musculares lumbares provocados por la lesión. Las distensiones de la espalda con frecuencia se curan por sí solos, con la ayuda de alguna combinación de descanso, aplicación de hielo o de calor, antinflamatorios, estiramientos leves y progresivos y ejercicios para la parte inferior de la espalda.