La Aerosolterapia

Definición:

La aerosolterapia es un método de tratamiento que permite administrar sustancias en forma de aerosol por vía inhalada a través de dispositivos llamados nebulizadores. La inhalación de estas sustancias permite que el medicamento penetre de manera profunda por las vías respiratorias y produzca una determinada acción al ser absorbidas por el organismo

Medicamentos más frecuentes:
  • Los medicamentos más frecuentes que se suministran con los aerosoles son:
  • Broncodilatadores, que permiten abrir la vía aérea.
  • Antiinflamatorios, que disminuyen la inflamación de la vía aérea.
  • Mucolíticos, que actúan sobre la fluidificación de las secreciones.
  • Antibióticos, disminuyen la infección

Inhaladores Presurizados:

Los aerosoles más usados en nuestro medio son los inhaladores presurizados de dosis medida; en el envase se encuentra el o los fármacos junto a dos o más propelentes (clorofluorocarbonos [CFC]) y lubricantes. El inhalador está provisto de un recipiente que contiene la medicación en un cartucho presurizado y una boquilla protegida con un cabezal. El medicamento es administrado cuando se activa el dispositivo que lo contiene, abriendo una válvula que libera una dosis conocida y exacta de fármaco en aerosol. La eficiencia del inhalador presurizado depende del tamaño de las partículas que componen el aerosol y de la destreza del paciente al administrarlo.

Si bien esta forma de administración es potencialmente muy eficaz, alrededor de la mitad de los pacientes no usa una técnica correcta de inhalación y aproximadamente de un 15% de ellos no logra aprender y mantener una técnica óptima a pesar de ser supervisados. Es importante informar al paciente sobre las instrucciones de uso, mantenimiento y limpieza de los sistemas utilizados en la terapia inhalatoria.

Técnica y procedimiento:

  1. Advertir al paciente que tiene que respirar lenta y profundamente durante la administración realizando una pausa al final de la inspiración.
  2. Destapar el inhalador quitando el cabezal que protege la boquilla, agitar el cartucho y colocarlo en posición vertical con la boquilla en la parte inferior.
  3. Espirar lenta y profundamente.
  4. Colocar la boquilla del cartucho en la boca del paciente ubicando el inhalador a 4 cm de la boca, para disminuir la inercia de las partículas que salen a una velocidad de 100km/hora del aparato.
  5. Inspirar lentamente con un flujo bajo, menor de 1 L/seg, también para disminuir la inercia.
  6. Al iniciar la inspiración, accionar el dispositivo una sola vez y seguir inspirando lenta y profundamente hasta llenar los pulmones.
  7. Repetir el procedimiento en función de la dosis pautada.
  8. Retirar el cartucho de la boca.
  9. Efectuar una pausa inspiratoria de 5 a 10 segundos, para permitir el depósito por gravedad en las vías aéreas distales.
  10. Indicar al paciente que se enjuague la boca.
  11. Limpiar el equipo.
  12. Registrar la técnica y posibles incidencias.
Uso de cámaras para uso de Inhaladores presurizados:
El uso de un flujo inspiratorio muy alto y la activación del inhalador dentro de la boca determinan un aumento del depósito del aerosol en la orofaringe, disminuyendo su eficacia en el pulmón e incrementando la cantidad de fármaco absorbido hacia la circulación y el riesgo de reacciones adversas. Son frecuentes fallos en la coordinación entre la activación del inhalador y la inspiración, lo que impide que una fracción de magnitud variable del aerosol no sea inhalada. Con el propósito de mejorar la eficiencia de los inhaladores por fallos en la coordinación y disminuir el depósito de partículas grandes de aerosol en la orofaringe de pacientes causando problemas de irritación faríngea, se han diseñado cámaras que se interponen entre la boca y el inhalador.


Mediante éstas el fármaco no se pierde hacia el ambiente y disminuye la velocidad de las partículas. Las cámaras de inhalación de tamaño apropiado (aproximadamente 800ml) hacen posible que la mayor parte de las partículas grandes queden depositadas en sus paredes, reduciendo el depósito en la faringe, aumentan la distancia entre el inhalador y la boca del paciente y permiten que éste respire normalmente en ellas. Sin embargo, el uso de estas cámaras disminuye la aceptación del tratamiento por algunos pacientes, especialmente cuando deben recibir el tratamiento fuera de sus casas. Estas cámaras son de uso obligado en el caso de pacientes pediátricos.

Técnica y procedimientos:

  1. Destapar el inhalador, agitar el cartucho y colocarlo en posición vertical con la boquilla en la parte inferior.
  2. Acoplar el cartucho a la cámara de inhalación.
  3. Espirar lenta y profundamente.
  4. Rodear con los labios la boquilla de la cámara inhaladora.
  5. Accionar el dispositivo una sola vez.
  6. Realizar diez respiraciones para asegurarnos de que toda la dosis ha sido administrada.
  7. Repetir el procedimiento en función de la dosis pautada.
  8. Efectuar una pausa inspiratoria de 5 a 10 segundos, para permitir el depósito por gravedad en las vías aéreas distales.
  9. Indicar al paciente que se enjuague la boca.
  10. Limpiar el equipo.
  11. Registrar la técnica y posibles incidencias.

Uso de la cámara con boquilla y Mascarilla facial




Inhaladores de polvo seco:

Un inconveniente derivado del uso de los inhaladores presurizados es la alteración de la capa protectora de ozono por el uso de sus propelentes, los CFC. Si bien los inhaladores en aerosol para uso médico aportan sólo un 0,5 % de los CFC producidos por diversas industrias, puede que sean retirados del mercado en el futuro próximo.

Como forma alternativa de administración inhalatoria sin uso de CFC, existen en el comercio los inhaladores de polvo seco, que permiten administrar los mismos fármacos con algunas ventajas derivadas de esta forma de administración.

Los sistemas Turbuhaler, Accuhaler, etc. contienen hasta 200 dosis de fármaco, se cargan con una simple maniobra de rotación o accionando una palanca. Para lograr el correcto funcionamiento de estos sistemas debe usarse un flujo inspiratorio mayor que 30l/min. lo que puede ser difícil de lograr en niños menores de cinco años, no así en los adultos, incluso en crisis de asma. Con esta forma de terapia inhalatoria se logra un efecto similar al de los inhaladores presurizados sobre la función pulmonar y los síntomas. También se ha encontrado una menor frecuencia de disfonía al usar inhaladores de corticoides en polvo seco en comparación con los inhaladores presurizados, lo que podría depender de un menor depósito en la laringe.


Los inhaladores de polvo seco tienen buena aceptación entre los pacientes, ya que su uso implica menos coordinación de la inspiración con la activación del inhalador y no requieren de espaciador. Sin embargo, su precio es más alto que el de los inhaladores presurizados, lo que limita su empleo.

Técnica y procedimiento:

  1. Destapar el inhalador y cargar el dispositivo siguiendo las instrucciones indicadas en el prospecto y dadas por el fabricante.
  2. Espirar lenta y profundamente.
  3. Rodear con los labios la boquilla.
  4. Inspirar profundamente y después aguantar la respiración 10 segundos.
  5. Repetir el procedimiento en función de la dosis pautada.
  6. Efectuar una pausa inspiratoria de 5 a 10 segundos, para permitir el depósito por gravedad en las vías aéreas distales.
  7. Indicar al paciente que se enjuague la boca.
  8. Limpiar el equipo.
  9. Registrar la técnica y posibles incidencias.

Nebulizadores:

Tradicionalmente se han usado nebulizadores en el tratamiento intrahospitalario o en los servicios de urgencia. Los nebulizadores o cámaras de Hudson son recipientes de plástico dentro de los cuales se coloca una dosis de broncodilatador diluido en solución NaCl al 0,9 %. Un flujo de oxígeno o de aire comprimido transforma la solución líquida en aerosol, el cual es inhalado por el paciente mientras respira desde una mascarilla o boquilla conectada al nebulizador. Esta forma de producir aerosoles es menos eficiente, ya que sólo 1 a 3% de cada dosis llega al pulmón; el resto se deposita en la boca, se pierde al ambiente o queda depositado en las paredes del nebulizador.


Se ha demostrado que los resultados del tratamiento de las crisis obstructivas o de los pacientes hospitalizados es igual con un aerosol generado mediante un inhalador presurizado que con un nebulizador de flujo continuo, con una importante disminución de los costos con los primeros junto a una reducción de los escasos efectos adversos de la nebulización. No obstante, debido a que durante las crisis las condiciones para inhalar los fármacos se hacen menos favorables, se continúa empleando nebulizadores, los cuales tienen la ventaja de permitir que el enfermo reciba el aerosol en forma pasiva. Por lo que el uso nebulizadores tanto a nivel hospitalario como domiciliario sólo se justifica en pacientes que no puedan colaborar con la administración mediante cámaras de inhalación.

Para administrarlos se requiere una mascarilla provista de un dispositivo para aplicar medicación inhalatoria, jeringa, solución salina.

Técnica y procedimiento:

  1. Medir exactamente con la jeringa la dosis pautada y colocarla en el nebulizador o cámara de Hudson.
  2. Algunas soluciones para inhalación se presentan en monodosis.
  3. Diluir con solución NaCl al 0,9% según pauta médica.
  4. Acoplar el nebulizador a la mascarilla.
  5. Conectar la mascarilla al sistema de oxígeno o compresor y ponerlo en marcha.
  6. Imagen de una mascarilla para administrar soluciones para inhalación mediante nebulizador.
  7. Una vez comprobado el funcionamiento correcto del equipo, ajustar la mascarilla al paciente.
  8. Realizar inspiraciones lentas y profundas hasta agotar la dosis.
  9. Cuando finalice la administración retirar el sistema.
  10. Limpiar y desinfectar el equipo una vez desmontado.
  11. Realizar la higiene bucal del paciente.
  12. Registrar observaciones y posibles incidencias.

Hay que tener en cuenta que puede aparecer disnea y falta de apetito si la técnica se realiza antes de las comidas. Conviene buscar el momento del día idóneo para la administración que minimice las reacciones adversas.


En el caso de administración domiciliaria se debe entregar al paciente, familia o cuidador instrucciones por escrito sobre el manejo y mantenimiento del equipo.