Necesidad de higiene: Paciente Autónomo

Introducción:

La misión fundamental de la higiene es mantener la piel en adecuado estado de limpieza, para que así ésta pueda desarrollar de forma óptima sus funciones de protección, secreción y absorción. Otro propósito del baño lo constituye el bienestar físico y psicológico que siente el enfermo después de este cuidado.
Podemos considerar a la piel como el mayor órgano del cuerpo, ya que cubre totalmente su superficie. En su composición se destacan tres capas:
  1. La epidermis (capa externa).
  2. La dermis o corion.
  3. El tejido subcutáneo o hipodermis.


La piel tiene cinco funciones principales:

  1. Regula la temperatura corporal.
  2. Protege a los tejidos subyacentes de que se deshidraten y de las lesiones, evitando el paso de microorganismos perjudiciales. La piel y las membranas mucosas se consideran la primera línea de defensa del organismo.
  3. Segrega sebo, que tiene cualidades antibacterianas y antifúngicas.
  4. Transmisora de sensaciones, gracias a la presencia en ella de receptores nerviosos que son sensibles al dolor, a la temperatura, al contacto y a la presión.
  5. Colabora en la producción de las vitaminas C, A y D.

Atención a las necesidades de higiene del adulto:

  • Entre los hábitos y estilos de vida saludables figura la higiene adecuada de las personas.
  • Esta higiene tiene como base para su desarrollo una evaluación sanitaria adecuada y la existencia de los medios necesarios para su desarrollo.
  • En las personas enfermas (hospitalizadas o no) la higiene adquiere una importancia grande en cuanto pasa a depender, en gran medida, del grado de invalidez o de las capacidades para realizarla.
  • Así, la higiene de los pacientes enfermos, sobre todo hospitalizados, recae en el profesional de Enfermería, lo que exige una serie de atenciones a las necesidades de los pacientes en cuanto a la higiene corporal (piel), cabellos, ojos, oídos, genitales, etc.

Concepto de higiene general y parcial:

La higiene es una suma de procesos que permite una mejor defensa de la piel contra las enfermedades. Sin higiene personal corporal, la enfermedad es más grave ya que el organismo se hace menos resistente. El profesional de Enfermería es el responsable de la limpieza del enfermo; su papel consiste en dejarlo en las mejores condiciones de defensa posible, asegurándole una higiene perfecta.
En la persona enferma la higiene debe hacerse más minuciosamente que en un individuo sano, ya que los cuidados de limpieza se efectúan con objeto de que la piel cumpla eficazmente sus funciones:
  • La respiración. La piel respira por los poros.
  • La secreción. Mediante las glándulas sudoríparas la piel elimina en 24 horas, más o menos, un litro de líquido. En ciertos casos extremos puede aumentarse esta cifra considerablemente. Esto explica la sed de los enfermos con fiebre alta, que se están deshidratando.
  • La absorción. La piel absorbe muy fácilmente las grasas asimilables (pomadas, etc.) y las soluciones alcohólicas, pero resulta impermeable para el agua, al contrario que las mucosas, que absorben las soluciones acuosas.
Para que la piel cumpla sus funciones con normalidad es necesario desembarazarla de la suciedad, que es la mezcla de las secreciones y el polvo, y que no la deja respirar o absorber los medicamentos por vía tópica. La falta de higiene corporal convierte a la piel en huésped de microorganismos patógenos y facilita su proliferación.

El aseo ejerce además un papel importante en la protección contra la invasión microbiana. En algunas enfermedades, los tejidos de la piel están mal nutridos (diabetes, obesidad, etc.) y predispuestos a infecciones.

La piel puede también eliminar productos tóxicos e irritantes, que producen picor y lesiones cuando la persona se rasca.

Reconocer que la exposición de la piel  a la orina o excrementos corre el riesgo de macerarse e infectarse. Por eso se explica igualmente la importancia de los cuidados de limpieza y la necesidad de aseo en los genitales varias veces al día.
Con un correcto aseo del paciente se pretende:
  • Conservar el buen estado de la piel, eliminando la suciedad y el sudor. Sólo con una buena limpieza e higiene se consigue que la piel realice sus funciones con normalidad y no se produzcan infecciones bacterianas, etc.
  • Estimular la circulación sanguínea.
  • Reducir la temperatura corporal en caso de fiebre, si se realiza el baño o ducha con agua fría.
  • Refrescar al paciente, para que sienta sensación de confort y bienestar.
  • Trátese del aseo completo o del aseo de una zona del cuerpo, debemos referirnos a los mismos principios que tratan del enfermo, la técnica y el material:

El enfermo:

  • Tener en cuenta el pudor de la persona, pues a nadie le gusta mostrar su desnudez en esas circunstancias y ante personas extrañas.
  • Moverlo con suavidad.
  • Actuar rápidamente para disminuir el riesgo de cansancio.
  • Evitar el resfriado. Para esto, descubrir sólo la región a limpiar y cubrir el resto del cuerpo.
  • Secar después de los cuidados y recalentarlo si se ha enfriado.
  • Reinstalar cómodamente a la persona.

La Técnica:

Se actuará con método durante el aseo. Se limpiará cada zona del cuerpo una a una. La secuencia de los gestos seguirá este orden:
  • Preparación del material, que se instalará al alcance de la mano.
  • Posición sistemática del enfermo, la más cómoda posible, reduciendo al máximo los movimientos.
  • Protección del enfermo y de la cama.
  • Evacuación de las aguas, ropas sucias, etc.
  • Volver a poner todo en orden.
  • Los cuidados se administrarán desde la derecha, a excepción del lavado, que se hará desde arriba hacia bajo.

El material:

  • Los elementos de protección: hule, sábana pequeña, manta de baño.
  • Los elementos de lavado: toallas, guantes, esponjas, palangana, agua, jabón, crema hidratante, jarra, etc.
  • Los elementos de recambio: ropa del enfermo, ropa de cama.
  • Los elementos de evacuación: orinal plano o cuña, bolsa para la ropa sucia o cubo, etc. 

Consideraciones para el aseo completo y el baño

Lavado de pies, diario. Lavado de cabellos, una vez a la semana. Baño de limpieza, en principio diario, bien en la bañera si se puede y si no es Transporte de material de lencería así, en la cama.

Cualquiera que sea el aseo que se practique y sobre todo si es completo deberá vigilarse, como ya se ha dicho, la temperatura de la habitación y las corrientes de aire.

El aseo diario es aquel que se realiza todos los días, pero de una manera más simplificada, es decir, todos los días no se lavan los cabellos, etc.


Higiene del Paciente Autónomo


• Definición:
Conjunto de actividades de supervisión y evaluación, que realiza la enfermera, de las medidas higiénicas que lleva a cabo el paciente para preservar su piel limpia y en buen estado.

• Objetivos:
- Prevenir alteraciones en la piel.
- Prevenir infecciones.
- Contribuir al bienestar físico y psíquico del paciente.
- Estimular la circulación sanguínea.

• Equipos y Materiales:
  • Agua tibia
  • Toallas (2).
  • Cuña, palangana.
  • Artículos de higiene personal: tijeras de uñas, material de afeitado,cepillo, peine, colonia.
  • Silla o taburete.
  • Alfombrilla antideslizante.
  • Pijama o camisón limpio.
  • Jabón neutro, crema hidratante para evitar la sequedad de la piel.
  • Champu neutro para evitar caída del cabello.
  • Bolsa para residuos.
  • Registros de enfermería.
• Procedimiento:
  • Preservar la intimidad del paciente.
  • Facilitar al paciente la independencia.
  • Observar el estado de higiene y valorar la frecuencia habitual de higiene general.
  • Explorar los hábitos culturales que puedan estar influenciando en las creencias sobre el significado, frecuencia, forma y duración de llevar a cabo la higiene.
  • Comunicar y educar al paciente la necesidad del baño para mejorar la calidad de vida: Tendrá interés en el cuidado de su piel, cabello y uñas, así como también del vestido y calzado adecuados a su aspecto físico.
  • Proporcionar todo el material necesario para la higiene.
  • Indicar al paciente que no cierre por dentro el aseo por si la enfermera ha de ayudarle.
  • Señalar el timbre del aseo y explicarle su funcionamiento por si requiere ayuda.
  • Recomendar duchas semanales y se hará hincapié en el lavado y secado minucioso de los pliegues cutáneos.
  • Evaluar si las medidas higiénicas llevadas a cabo por el paciente han sido efectivas.
  • Registrar en la documentación de enfermería incidencias y respuesta del paciente.



Higiene en Bañera / Ducha

• Objetivos:
  • Proporcionar / fomentar la higiene y el confort del paciente, favoreciendo la relajación, el reposo y sueño del paciente.
Materiales y Equipos:
  • Pijama / camisón
  • 2 toallas
  • Guantes de un solo uso
  • Esponja jabonosa de un solo uso
  • Champú
  • Crema hidratante
  • Colonia
• Técnicas y procedimientos:
  1. Informar al paciente del procedimiento y lugar donde se va a realizar.
  2. Preparar todo el material necesario y comprobar la temperatura ambiente del baño.
  3. Comprobar la temperatura del agua y ajustarla (43-46º). Si usamos bañera, llenarla hasta
  4. la mitad y comprobar la temperatura sumergiendo la muñeca o el codo.
  5. Acompañar al paciente al baño o ducha, si lo precisa, y colocar sobre el suelo una toalla, para evitar deslizamientos.
  6. Colocarse los guantes y ayudar al paciente a desvestirse si lo precisa y a entrar en la ducha o bañera.
  7. Si es necesario, ayudarle a bañarse / ducharse y controlar al paciente con frecuencia si se ducha / baña solo.
  8. Ayudar al paciente a salir de la ducha o bañera, si lo precisa
  9. Comprobar que el paciente está seco y vestido de forma apropiada, ayudándole siempre que sea necesario.
  10. Acompañarlo a su habitación.
  11. Retirar la ropa sucia en las bolsas correspondientes.
  12. Coordinar con el servicio de limpieza la disponibilidad del baño para otro paciente.
  13. Registrar el procedimiento y observaciones de cómo ha tolerado el procedimiento, estado de la piel, resistencia del paciente, grado de autonomía, etc.
• Aspectos a tener en cuenta:
  • La temperatura del agua debe ser ajustada dependiendo de si es ducha o bañera. La ducha requiere menor graduación al ser de aplicación directa con la piel del paciente, mientras que la bañera requiere mayor graduación debido a la perdida de calor progresivo que sufre el agua. Siempre se deberá comprobar la temperatura antes de la higiene para evitar molestias al paciente.
  • El aseo se realizará a diario y tantas veces como sea necesario.
  • El tipo de baño, ducha o cama, y su frecuencia dependen de la condición física del paciente, sus hábitos personales, su actitud, el estado que guarda su piel, la cantidad de transpiración y la temperatura ambiental.
  • Es importante evitar accidentes, para lo cual se tomarán todas las medidas que eviten los deslizamientos (dentro y fuera de la bañera o ducha).
  • Solicitar ayuda cuando el grado de dependencia del paciente así lo exija, lo cual evitará lesiones tanto en el paciente como en los profesionales.
  • Explicar y hacer participe al paciente y la familia en la higiene es recomendable, especialmente cuando se aproxima el alta del paciente. Enfermería tendrá que valorar cuando es el momento oportuno para hacerlos participes y en que grado ha de ser dicha participación. 
Materiales que facilitan 
el aseo en ducha o bañera






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