Estres y la sobrecarga

Definición:

Se refiere a las exigencias físicas, emocionales y psicológicas excesivas que experimenta un individuo y que exceden su capacidad para afrontarlo eficazmente. Se caracteriza por una variedad de síntomas fisiológicos y psicológicos resultantes de un estrés prolongado o intenso.

Características definitorias:
  • Demuestra sentimientos crecientes de cólera.
  • Demuestra sentimientos crecientes de impaciencia.
  • Expresa dificultad para funcionar.
  • Expresa una sensación de presión.
  • Expresa una sensación de tensión.
  • Expresa sentimientos crecientes de cólera.
  • Expresa sentimientos crecientes de impaciencia.
  • Expresa problemas con la toma de decisiones.
  • Informa sobre el impacto negativo del estrés (ej.: síntomas físicos, sufrimiento psicológico, sensación de estar enfermo o de ir a ponerse enfermo).
  • Informa de exceso de estrés situacional (ej.: nivel de estrés igual o > a 7 en una escala de 10 puntos).


Estrés versus agotamiento
Estrés
agotamiento
Caracterizado por un compromiso excesivo. Caracterizado por la desconexión.
Las emociones son exageradas. Las emociones están embotadas.
Produce urgencia e hiperactividad. Produce impotencia y desesperanza.
Pérdida de energía. Pérdida de motivación, ideales y esperanza.
Conduce a trastornos de ansiedad. Conduce al desapego y la depresión.
El daño primario es físico. El daño primario es emocional.
Puede matarte prematuramente. Puede hacer que la vida parezca que no vale la pena vivirla.



Causas de la sobrecarga de estrés:

  • Estrés relacionado con el trabajo
  • Desafíos de la vida personal
  • Factores estresantes ambientales
  • Estrés académico
  • Eventos traumáticos
  • Estresores sociales
  • Presiones financieras
  • Factores de estilo de vida

Signos y síntomas de sobrecarga de estrés:

A. Síntomas de tipo cognitivo:
  • Incapacidad para concentrarnos o tomar decisiones sencillas
  • Procastinación (No asumir las responsabilidades, diferir en el tiempo las cosas que tenemos que hacer y que sabemos que tenemos que hacer)
  • Pérdida de memoria
  • Distraernos con facilidad
  • Excesiva preocupación
  • Pensamientos negativos y recurrentes, darle demasiadas vueltas a las cosas.
  • Ansiedad excesiva.
  • Ideas catastróficas.
  • Lentitud en el desarrollo del pensamiento lógico.
  • Sensación de verse superado por la situación.
  • Sensación de fracaso.
  • Necesidad de que suceda algo que acabe de un plumazo con la situación.
B. Síntomas emocionales:
  • Facilidad para llorar
  • Impaciencia excesiva
  • Sentirse más sensible a la crítica; sentimientos de frustración.
  • Sentirse fuera de control: Inquietud, deseos de gritar y estar a la defensiva.
  • Falta de motivación.
  • Falta de confianza o autoestima
  • Estado de nerviosismo.
  • Miedo o pánico.
  • Cambios de humor: Ansiedad, angustia, enfado, irritabilidad, agresividad 
  • Preocupación desproporcionada.
  • Depresión.
C. Síntomas de conducta o comportamiento:
  • Mala gestión del tiempo: no sacar tiempo para la relajación o actividades placenteras
  • Recurso a sustancias nocivas como el alcohol, el tabaco, la cafeína o drogas ilegales
  • Adicción al trabajo
  • Aislamiento social, “pereza” social
  • No parar de moverse.
  • Risa nerviosa.
  • Llanto.
  • Bruxismo.
  • Actitud brusca en el trato con otras personas.
  • Irritabilidad.
  • Aparición de Tics nerviosos.
  • Trastornos en la actividad sexual, como ausencia del deseo sexual.
  • Alteraciones del sueño (insomnio o dormir en exceso).
  • Necesidad de comer compulsivamente o pérdida del apetito.
D. Síntomas físicos: los síntomas de este tipo son muchos y muy variados, dependiendo de cada persona y del tipo de estrés que esta sufra:
  • Espasmos en los párpados
  • Zumbido de oído
  • Menstruación irregular
  • Sudoración excesiva, especialmente en las manos.
  • Pies manos fríos.
  • Antojos y “ataques de gula”.
  • Tensión muscular, generalmente en la espalda y el cuello (contracturas).
  • Hiperventilación.
  • Hormigueo o calambres abdominal.
  • Diarrea o estreñimiento.
  • Náuseas.
  • Taquicardia e hipertensión arterial.
  • Cefalea, dolores de cabeza de tipo migrañoso.
  • Opresión en el pecho.
  • Dificultad para tragar, dolor mandibular.
  • Sequedad de boca.
  • Aparición de llagas en la mucosa oral.
  • Exacerbación de eccemas.
  • Temblor.
  • Disfunción sexual.
  • Ausencia o aumento del apetito.
  • Cansancio.

Evaluación de enfermería y fundamentos de la sobrecarga de estrés:

  1. Identifique los factores estresantes y desencadenantes específicos en la vida del individuo, como demandas relacionadas con el trabajo, desafíos personales o factores ambientales. Esto ayuda a comprender las fuentes del estrés y a diseñar intervenciones específicas para abordarlas.
  2. Evalúe los signos y síntomas físicos, emocionales y cognitivos de sobrecarga de estrés, como se analizó anteriormente. Esto ayuda a identificar la respuesta única al estrés del individuo y a adaptar las intervenciones apropiadas.
  3. Evaluar las estrategias de afrontamiento actuales del individuo y su eficacia en el manejo del estrés. Esta información guía la selección y el refuerzo de técnicas de afrontamiento adaptativo, al tiempo que identifica cualquier conducta de afrontamiento desadaptativa que pueda requerir intervención o modificación.
  4. Determinar la presencia y calidad del sistema de apoyo del individuo, incluidos familiares, amigos y redes sociales. Evaluar la disponibilidad de apoyo social ayuda a comprender los recursos que se pueden movilizar para brindar asistencia y promover la resiliencia.
  5. Evalúe las opciones de estilo de vida, como los patrones de sueño, las rutinas de ejercicio, la nutrición y el uso de sustancias. Los factores del estilo de vida pueden contribuir o mitigar la sobrecarga de estrés. Identificar hábitos o comportamientos poco saludables ayuda a promover modificaciones en el estilo de vida que pueden contribuir a la reducción del estrés.
  6. Busque condiciones de salud mental subyacentes, como ansiedad o depresión, ya que la sobrecarga de estrés puede exacerbar estas condiciones. Identificar los problemas de salud mental ayuda a proporcionar referencias o intervenciones adecuadas para abordarlos junto con el manejo del estrés.
  7. Evaluar cómo la sobrecarga de estrés afecta la capacidad del individuo para realizar actividades diarias, cumplir responsabilidades y mantener relaciones. Esta evaluación ayuda a comprender el impacto funcional del estrés y a establecer objetivos apropiados para la intervención.
  8. Considere los antecedentes, creencias y prácticas culturales y espirituales del individuo. Estos factores pueden influir en la percepción del estrés y las estrategias de afrontamiento preferidas. Ser culturalmente sensible garantiza un enfoque de atención holístico y centrado en el paciente.

Diagnósticos de enfermería similares para sobrecarga de estrés:

  1. Ansiedad relacionada con el estrés y la sobrecarga.
  2. Afrontamiento ineficaz relacionado con el estrés excesivo
  3. Riesgo de deterioro de la resiliencia individual relacionado con altos niveles de estrés
  4. Patrón de sueño alterado relacionado con la sobrecarga de estrés
  5. Fatiga relacionada con estrés y exigencias excesivas.
  6. Desempeño de roles ineficaz relacionado con el estrés y responsabilidades abrumadoras
  7. Riesgo de tensión en el rol del cuidador relacionado con el estrés y las responsabilidades de cuidado
  8. Interacción social deteriorada relacionada con la sobrecarga de estrés
  9. Impotencia relacionada con la percepción de falta de control sobre los factores estresantes.
  10. Riesgo de disminución del mantenimiento de la salud relacionado con el estrés y el abandono de las prácticas de autocuidado.

Intervenciones de enfermería y fundamentos de la sobrecarga de estrés:

  1. Proporcionar información y educación sobre el estrés, sus efectos en el cuerpo y la mente, y estrategias saludables para afrontarlo. Justificación: La educación aumenta la conciencia y la comprensión, empoderando a las personas para que participen activamente en el manejo de su estrés y promoviendo el autocuidado.
  2. Enseñar y fomentar el uso de técnicas de relajación, como ejercicios de respiración profunda, relajación muscular progresiva, imágenes guiadas o meditación de atención plena. Justificación: Estas técnicas promueven la relajación, reducen la excitación fisiológica y ayudan a las personas a recuperar una sensación de calma y control.
  3. Ayude a las personas a desarrollar habilidades efectivas de administración del tiempo, establecer prioridades y organizar tareas para reducir la sensación de estar abrumado. Justificación: Mejorar las habilidades de gestión del tiempo puede ayudar a las personas a distribuir mejor su tiempo y energía, reduciendo el estrés relacionado con la gestión de múltiples responsabilidades.
  4. Fomente la participación en actividades que promuevan la relajación y el alivio del estrés, como pasatiempos, ejercicio físico, escuchar música, practicar arte o manualidades, o pasar tiempo en la naturaleza. Justificación: Participar en actividades agradables proporciona una distracción positiva, promueve el bienestar emocional y ayuda a las personas a recargarse y a afrontar el estrés.
  5. Ayude a las personas a identificar y desafiar patrones de pensamiento negativos y reemplazarlos con pensamientos más positivos y adaptativos. Justificación: La reestructuración cognitiva promueve un cambio en los patrones de pensamiento, reduce el diálogo interno negativo y mejora la resiliencia al lidiar con factores estresantes.
  6. Aliente a las personas a buscar el apoyo de amigos, familiares o grupos de apoyo. Proporcionar información sobre los recursos disponibles y facilitar las conexiones con las redes de apoyo adecuadas. Justificación: El apoyo social proporciona validación emocional, un sentido de pertenencia y asistencia práctica, que puede ayudar a las personas a afrontar el estrés y mejorar su bienestar general.
  7. Enfatice la importancia de las actividades de cuidado personal, como mantener una dieta saludable, dormir lo suficiente, realizar ejercicio físico con regularidad y practicar una buena higiene. Justificación: Dar prioridad al cuidado personal mejora el bienestar físico y emocional, aumenta la resiliencia y ayuda a las personas a afrontar mejor los factores estresantes.
  8. Colaborar con otros profesionales de la salud, como psicólogos, consejeros o trabajadores sociales, para brindar un apoyo integral. Realice derivaciones apropiadas cuando sea necesario para abordar problemas de salud mental subyacentes u otras necesidades específicas. Justificación: Un enfoque multidisciplinario garantiza que las personas reciban la atención especializada y el apoyo necesarios para gestionar eficazmente la sobrecarga de estrés.

12 formas sencillas de manejar el estrés:

Si el estrés está teniendo un efecto negativo en su vida, hay medidas que puede tomar para encontrar un alivio duradero. Estas son 12 técnicas de manejo del estrés que puede practicar por su cuenta o con la ayuda de familiares, amigos o un terapeuta:
  1. Reconocer el estrés y las situaciones que lo desencadenan. Admitir y reconocer que hay situaciones que no se pueden cambiar, aunque se quiera, y tratar de lidiar con ellas de la mejor forma posible cambiando algunos aspectos para tratar de amenizarlas.
  2. Aprender técnicas de relajación, como el mindfulness, realizar actividades como yoga, pilates o algún deporte.
  3. Mantener una dieta saludable y equilibrada, como la mediterránea.
  4. Mantenga un peso corporal saludable (o baje de peso si tiene sobrepeso).
  5. Evite paliar el estrés mediante hábitos poco saludables: Deje el cigarrillo, las drogas ilícitas y el consumo excesivo de alcohol, ya que hacen más daño que los beneficios que se piensa que generan.
  6. Dedique tiempo a las relaciones con familiares y amigos, practique pasatiempos o actividades sociales.
  7. Programe tiempo para usted; divida las metas en pasos pequeños y manejables en lugar de centrarse en el “panorama general”.
  8. Simplifique su vida: haga de las cosas que más le importan su máxima prioridad y no tema decirles “no” a los demás.
  9. Duerma lo suficiente (la mayoría de las personas necesita al menos 7 horas por noche).
  10. Comparta sus responsabilidades con familiares y amigos, y pida ayuda si comienza a sentirse abrumado.
  11. Resuelva los conflictos de forma rápida y directa, adoptando una postura más positiva ante los problemas y las situaciones complejas.
  12. Hable sobre sus problemas y sentimientos con un amigo de confianza o terapeuta.






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