Control de Frecuencia Respiratoria



Introducción:

La respiración es un proceso vital para los humanos, ya que suministra oxígeno a las mitocondrias para la producción de ATP (la fuente de energética de nuestro cuerpo). 

La frecuencia respiratoria, es decir, el número de respiraciones por minuto, está altamente regulada para permitir que las células produzcan la cantidad óptima de energía en cualquier ocasión determinada.
  • Las estructuras del sistema respiratorio se pueden agrupar en tres categorías principales: vías respiratorias, vasos pulmonares y músculos respiratorios.
  • Nuestro sistema nervioso regula la tasa de entrada de oxígeno y de salida de dióxido de carbono y la ajusta en consecuencia en situaciones que tienden a alterar las presiones parciales de los gases en la sangre.
  • La respiración es un proceso que involucra el cerebro , el tronco encefálico , los músculos respiratorios, los pulmones , las vías respiratorias y los vasos sanguíneos . Todas estas estructuras tienen participación estructural, funcional y regulatoria en la respiración .
  • El principal subproducto de este proceso, el dióxido de carbono, se libera en la sangre venosa y regresa a los pulmones. El dióxido de carbono se difunde a través de las paredes alveolares y se disuelve en el aire exhalado. 

Alteraciones en la frecuencia respiratoria:

Los cambios y anomalías en la frecuencia respiratoria no se asocian simplemente con afecciones respiratorias, sino que son un buen indicador de que un paciente tiene dificultades para mantener la homeostasis. Las afecciones que se presentan en la frecuencia respiratoria alterada incluyen:
  1. Los estados de acidosis metabólica aumentan el volumen corriente
  2. La alcalosis metabólica disminuye el RR.
  3. Las enfermedades intersticiales que modifican la entrada mecánica al centro respiratorio provocan una frecuencia respiratoria rápida.
  4. La insuficiencia cardíaca congestiva activa un circuito neuronal que conduce a la estimulación del centro respiratorio, lo que produce un aumento de la frecuencia respiratoria.
  5. Los centros corticales superiores pueden verse afectados por un aumento de la presión intracraneal, por ejemplo, en un paciente con un traumatismo craneal o por el dolor en un paciente con una fractura de costilla, lo que produce un aumento de la frecuencia respiratoria.
  6. El efecto opuesto sobre los centros superiores se observará en un individuo que haya tomado sustancias depresoras del SNC.
  7. Deshidratación : La deshidratación por sí sola puede provocar una frecuencia respiratoria rápida.
  8. Fiebre : el aumento de la frecuencia respiratoria con fiebre es el intento del cuerpo de perder calor respirando más rápido. Esto es importante porque una frecuencia respiratoria rápida puede ser un signo de empeoramiento de una infección y porque la fiebre debe tenerse en cuenta al interpretar la frecuencia respiratoria.
  9. Hiperventilación: las personas pueden respirar más rápidamente en respuesta al estrés , el dolor , la ira o durante un ataque de pánico.

Definición:

El control de la frecuencia respiratoria es una herramienta de evaluación útil y no invasiva, que consiste en contar el número de ciclos de respiración completos, inspiración seguida de espiración, que realiza una persona en un minuto, observando los movimientos toracoabdominales, según edad, que acompañan a cada respiración.

Mecanismo de Inhalación y Exalación


Tipos de Respiración



Rangos de frecuencia respiratoria por edad
Edad Rango normal
Recién nacido hasta un mes 30 – 60
De un mes a un año 26 – 60
1-10 años de edad 14 – 50
11-18 años de edad 12 – 22
Adulto (mayores de 18 años) 12 – 20

Objetivos:

  1. Conocer el número de respiraciones por minuto y valorar las características de los ciclos respiratorios (ritmo e intensidad).
  2. Identificar signos de dificultad respiratoria.
  3. Identificar anormalidades en el paciente.

Materiales y equipos:

  • Reloj con segundero.
  • Hoja de registro.
  • Bolígrafo negro.
  • Fonendoscopio, si precisa.
  • Monitor, si precisa.

Técnicas y procedimientos:

  1. Preparación del personal:
    • Asegurar que todo el material necesario esté a mano.
    • Higiene de manos.
  2. Preparación del paciente:
    • Identificación del paciente.
    • Informar al paciente y familia del procedimiento a realizar. i
    • Explicar la conveniencia de que el paciente intente no ejercer ningún tipo de acción sobre su respiración, haciendo que sea lo más natural posible.
    • Fomentar la colaboración del paciente en la medida de sus posibilidades.
    • Preservar la intimidad y confidencialidad.
    • Colocar al paciente en una posición adecuada, sentado o acostado en posición de semi-fowler, que permita la contabilización de la frecuencia respiratoria. El mal alineamiento corporal impide la correcta expansión torácica y disminuye la ventilación, influyendo, por tanto, en la frecuencia y volumen respiratorio.
    • Dejar visible el tórax del paciente de manera que pueda observar los movimientos de la caja torácica (durante la inspiración se eleva y durante la espiración se deprime).
  3. Observar los movimientos respiratorios, contar las elevaciones (inspiraciones) del tórax y/o abdomen durante 1 minuto. No es válido para pacientes graves o críticos ni para los que estén bajo los efectos del dolor o traumatismos torácicos.
  4. En pacientes en los que sea difícil la toma mediante la observación, podemos usar la palpación poniendo la palma de la mano sobre el tórax sin ejercer presión. Otro método:
    • Auscultación: colocar el fonendoscopio en el tórax y contar el número de inspiraciones durante 1 minuto.
    • Niños pequeños: cuantificar los movimientos de ascenso y descenso del abdomen (respiración diafragmática).
  5. Limpiar membrana de fonendoscopio con solución jabonosa o antiséptica.
  6. Calentar la membrana del fonendoscopio con las manos para evitar la sensación de frío al contacto directo con la piel.
  7. Comprobar que el sonido esté abierto.
  8. Colocar la membrana del fonendoscopio sobre el hemitórax derecho debido a que se registra sonoridad hasta el cuarto espacio.
  9. Mirar el segundero y determinar la frecuencia respiratoria, es decir el número de ciclos ventilatorios completos que se producen durante 60 segundos.
  10. Observar la profundidad y la regularidad de los mismos, si se oyen ruidos respiratorios y si el usuario tiene que realizar esfuerzo para respirar.
  11. Si durante la toma, el paciente tose, habla o experimenta algún cambio que pueda alterar el parámetro, esperar unos minutos y volver a realizar la medición.
  12. Cubrir de nuevo el tórax del paciente.
  13. Desinfectar el cabezal del fonendoscopio, después de su uso y entre paciente y paciente, según recomendaciones del fabricante y las normas del Servicio de Medicina Preventiva.
  14. Higiene de manos.

Registro:

Anotar en el registro correspondiente en la historia clínica digital:
  1. Procedimiento realizado.
  2. Firma, fecha y hora de realización.
  3. La respuesta del paciente al procedimiento.
  4. Frecuencia respiratoria (número de respiraciones en un minuto).
  5. Características: ritmo (regular o irregular), profundidad (superficial, normal o profunda) y tipo (torácica o abdominal).
  6. Existencia de ruidos respiratorios si los ha detectado.
  7. Esfuerzo respiratorio, si lo hay.
  8. Patrón respiratorio alterado, si lo ha detectado.

Observaciones y recomendaciones:

  1. No es conveniente informarlo de que se le va a medir la frecuencia respiratoria, ya que podría cambiar involuntariamente el ritmo; es conveniente medirla al mismo tiempo que otros signos vitales (pulso).
  2. La medición de la respiración puede ser más fiable si se realiza simultáneamente con el aseo en la cama, con la determinación del pulso o con otro procedimiento en el que el paciente esté relajado y no se sienta observado.
  3. Para conocer el ritmo respiratorio basal hay que asegurarse que no haya realizado ningún esfuerzo ni ejercicio y que no se le haya efectuado algún procedimiento cruento en los 15-20 minutos precedentes a la toma de la respiración.
  4. Debemos tener en cuenta que la frecuencia respiratoria se puede alterar por determinados estados clínicos como el dolor, la fiebre…
  5. En pediatría: en los lactantes y preescolares predomina la respiración diafragmática, y la expansión torácica es mínima, por lo que debemos observar el abdomen. Si el paciente pediátrico hace un uso de la musculatura intercostal con retracción inter y subcostal, significa que hay alteraciones pulmonares o de la vía aérea.
  6. Los términos para describir la frecuencia respiratoria anormal incluyen:
    • Bradipnea es el término médico utilizado para definir la respiración anormalmente lenta.
    • Taquipnea es el término médico que se utiliza para definir una frecuencia respiratoria elevada. Esta frecuencia respiratoria rápida suele ser superficial, a diferencia de la hiperpnea, que puede ser rápida y profunda.
    • La disnea se refiere a la sensación de falta de aire y puede ocurrir con una frecuencia respiratoria elevada, normal o disminuida.
    • La hiperpnea se refiere a una respiración anormalmente profunda y dificultosa. Puede presentarse con o sin respiración rápida.
    • Apnea significa literalmente “sin respiración” y se refiere a la ausencia de respiración












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