Introducción:
Durante el proceso de envejecimiento se producen una serie de cambios que afectan tanto al aspecto morfológicos, fisiológicos y biológico como al psicológico de la persona. Pero, además, también se produce una importante transformación en el papel social que hasta entonces ha desarrollado esa persona. Sin duda, los cambios que antes se ponen de manifiesto durante el envejecimiento son los cambios físicos. El organismo cambia con la edad a causa de las transformaciones que se producen en las células de forma individual y en los órganos en conjunto. La evidencia disponible muestra importantes cambios morfológicos y funcionales asociados a la edad. El conocimiento de la población en edad media de la vida no debiera generalizarse a los adultos mayores. El reconocimiento de cambios debidos al envejecimiento normal es difícil por la gran variabilidad entre sujetos y la alta prevalencia de comorbilidad.
Estos cambios dan lugar a modificaciones en las funciones internas y en el aspecto. La población envejece en forma acelerada, y la comprensión de los cambios psico-fisiológicos asociados al envejecimiento es una herramienta importante para enfrentar las demandas biomédicas y sociales de ese grupo etario.
Consideración biopsicosocial del envejecimiento:
- Cambios biológicos “ser viejo”
- Cambios psicológicos “sentirse viejo” (cambios en el comportamiento, la autoestima, la propia percepción, en las reacciones
- Cambios sociales “ser considerado viejo”
Estratificar la etapa del envejecimiento, es una manera arbitraria de utilizar la vejez desde la compasión, la fragilidad y lo no productivo
- Edad cronológica: Es la que va desde el nacimiento hasta la edad actual de la persona.
- Edad biológica: Tiene en cuenta los cambios físicos y biológicos que se van produciendo en las estructuras celulares, de tejidos, órganos y sistemas.
- Edad psicológica: Define a la vejez en función de los cambios cognitivos, afectivos y de personalidad a lo largo del ciclo vital.
- Edad social / funcional: Suele medirse de acuerdo con un criterio demográfico y de “productividad” es decir la capacidad de contribuir al trabajo, la protección del grupo o grupos a que pertenecen y la utilidad social. Estimación que varia según las sociedades, sus leyes, valoraciones, prejuicios y estereotipos, oscilando entre los extremos del continuo “viejo-sabio”, “viejo-inútil”.
Cambios | Descripción |
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Función mental |
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Dificultad para recordar o dar con la palabra correcta Dificultad para concentrarse Dificultad para aprender algo nuevo |
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Actividad física |
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Inestabilidad o pérdida del equilibrio |
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Mareos o aturdimiento al ponerse de pie |
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Pérdida de fuerza muscular |
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Dificultad para moverse Menos flexibilidad |
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Dificultad para hacer ejercicio vigoroso |
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Los sentidos |
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Visión |
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Olfatorio |
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Audición |
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Tacto |
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Gusto |
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Cardiovascular | |
Cambios morfológicos y funcionales |
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Renal | |
Cambios morfológicos y funcionales |
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Neurológicos | |
Cambios morfológicos y funcionales |
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Metabólicos y/o endocrinos | |
Cambios morfológicos y funcionales |
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Musculo-esqueléticos | |
Cambios morfológicos y funcionales |
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Dificultad para deglutir |
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Falta de interés por la alimentación |
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Piel y cabello |
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Arrugas, perdida de elasticidad e hidratación Más heridas en la piel |
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Piel seca |
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Moretones y vasos sanguíneos rotos |
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Cicatrización lenta de las heridas |
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Dificultad para adaptarse a los cambios de temperatura |
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Disminución de la sensibilidad, en especial al dolor |
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Cabello blanco o gris. |
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Pelo fino y pérdida del cabello |
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Función sexual |
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Sequedad en la vagina |
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Las erecciones no duran tanto, son menos rígidas o tardan más tiempo en suceder |
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Fertilidad. |
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Cambios psicológicos y sociales en el envejecimiento:
Las modificaciones psíquicas del envejecimiento y las funciones psicofisiológicas varía de un sujeto a otro y depende de las siguientes premisas:
- Rasgos de la personalidad y el carácter
- Entrenamiento durante su vida
- Medio cultural en que se haya desenvuelto
- Nivel intelectual de la persona
El envejecimiento psicológico supone:
- Cambios en el comportamiento: se hacen más conservadores y aparece un sentimiento de miedo e inseguridad ante los cambios.
- Cambios en la autopercepción: va a haber un descenso de la autoestima relacionado con la pérdida de autonomía
- Cambios de reacciones específicas: el anciano se va a adaptar de forma diferente a las nuevas situaciones, a las patologías.
- Cambios de la independencia a la dependencia: Esto incluye la toma de decisiones.
- Cambios en el proceso de maduración y rendimiento intelectual, creatividad, modificaciones afectivas-valorativas del presente, pasado y futuro, así como de crecimiento personal.
- Inteligencia:
Hay un enlentecimiento en los tiempos de reacción, cuando se enfrentan a un problema se bloquean si les exigimos rapidez. - Lenguaje:
Solo si el paciente sufre una patología a nivel central puede existir una afectación del lenguaje, si no existe esta afectación no tiene porque haber afectación del lenguaje. - Creatividad y capacidad imaginativa
No esta deteriorada en la vejez, de hecho hay estudios que demuestran que hay un florecimiento de estas capacidades, al desaparecer las ideas estresantes sobre el trabajo, niños la persona desarrolla la creatividad y la imaginación. - Memoria:
Hay cambios en la memoria, sobre todo en la memoria a corto plazo debido al envejecimiento fisiológico neuronal. Se les debe incentivar para mejorar la MCP. En cuanto a la MLP aparece lo que se llaman “reminiscencias”. - Personalidad y carácter:
La conducta y actitud en el envejecimiento es intrínseca a los rasgos de su su carácter
El envejecimiento psicológico de un individuo es la consecuencia de la acción del tiempo vivido y percibido por él sobre su personalidad. Las situaciones psicosociales y la propia personalidad pueden cambiar desde que la persona entra en la "tercera edad" hasta que alcanza la vejez avanzada, esto esta determinado en gran medida por la protección, el cuidado y el autocuidado que se objetiva en la persona.
Hay personas mayores a las que el hecho de envejecer les motiva a descubrir nuevos roles en la vida o les impulsa a buscar nuevos medios para conservar su habitual rol y no perder su estatus o razón de estar en el mundo social que conocen. Otros, en cambio, tienen una actitud totalmente negativa.
Toda persona tiene la posibilidad de adaptarse y adoptar un comportamiento ante determinadas situaciones, el mismo esta condicionado a diversos factores, y su capacidad de adaptación va a depender de su salud, recursos económicos y el apoyo familiar o social que reciba.
La salud y el envejecimiento:
La actual cultura occidental, consumista y elitista, ha colocado a la juventud en un lugar privilegiado frente a las demás etapas de la vida. Sin embargo, la felicidad, el bienestar, la productividad, entre otros, se pueden desarrollar a lo largo de toda la existencia.
El mito de que la vejez es una etapa de restricciones, privaciones y enfermedades debe ser desterrado, y así permitir que los ancianos puedan gozar de bienestar y salud hasta el fin de la vida. Se puede llegar a viejo sin problemas de salud físicos, ni mentales, todo depende del estado que mantenga previamente una persona. Si bien es cierto que el proceso de envejecimiento no está libre de problemas, la enfermedad no es exclusiva de la vejez como no lo es la salud de la juventud. Existe un estado ideal, un bienestar propio de cada etapa de la vida.
Y si estas etapas se viven al máximo de cuidado y prevención, se pueden conservar una gran proporción del organismo en forma saludable en la última etapa de la vida. Algunos modelos de enfermería (Roy, 1976) entienden el concepto de salud como de naturaleza esencialmente dinámica y resultante de un proceso de adaptación continua del individuo a su medio, de donde "envejecer en salud significa un proceso de adaptación a los cambios y una maximización de los potenciales del individuo". En la vejez, una definición completa de salud incluiría, al menos, independencia funcional, ausencia de enfermedades diagnosticadas y una autopercepción positiva de la salud. El antiguo modelo de envejecimiento como deterioro irreversible, facilitó creencias sociales negativas como la semejanza entre vejez y enfermedad, pero envejecer no es enfermar, aunque exista mayor prevalencia de enfermedades e incapacidades tras los 75 años.
Tales creencias sociales negativas, compartidas en ocasiones por los propios ancianos, repercuten en su autocuidado de salud. Por otro lado, las creencias y actitudes que tienen los profesionales de enfermería, así como otros profesionales de la salud, sobre el envejecimiento, la enfermedad o la muerte, modulan sus intervenciones y la eficacia y calidad de los cuidados gerontológicos. Provocan efectos negativos en la interacción de los profesionales de enfermería con los ancianos empeorando sus condiciones de salud, funcionalidad y bienestar; al mismo tiempo afectan negativamente a los propios profesionales de enfermería y de la salud, disminuyendo su satisfacción laboral.
Paciente autónomo e independiente:
La autonomía es la capacidad física o psíquica de la persona que le permite satisfacer necesidades básicas mediante acciones realizadas por ella misma.
La independencia es el nivel óptimo de desarrollo de una persona para satisfacer necesidades básicas de acuerdo con su sistema de vida
Una persona es independiente cuando tiene sus necesidades cubiertas, pero estas pueden ser cubiertas por él mismo o por otras personas (un bebé es independiente puesto que tiene todas sus necesidades cubiertas pero no es autónomo puesto que no las cubre por sí mismo).
Una persona autónoma es aquella que tiene todas sus necesidades cubiertas por el mismo.
La autonomía es la capacidad física o psíquica de la persona que le permite satisfacer necesidades básicas mediante acciones realizadas por ella misma.
La independencia es el nivel óptimo de desarrollo de una persona para satisfacer necesidades básicas de acuerdo con su sistema de vida
Una persona es independiente cuando tiene sus necesidades cubiertas, pero estas pueden ser cubiertas por él mismo o por otras personas (un bebé es independiente puesto que tiene todas sus necesidades cubiertas pero no es autónomo puesto que no las cubre por sí mismo).
Una persona autónoma es aquella que tiene todas sus necesidades cubiertas por el mismo.
Trastorno | Descripción |
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Alteraciones de la memoria, enfermedad de Alzheimer y otras demencias |
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Aneurisma aórtico |
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Uretritis y vaginitis atróficas (llamadas en la actualidad síndromes genitourinarios de la menopausia) |
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Hiperplasia prostática benigna |
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Cataratas |
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Diabetes |
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Glaucoma |
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Artrosis |
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Osteoporosis, Cifosis dorsal, perdida de estatura |
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Enfermedad de Parkinson |
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Úlceras por presión |
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Cáncer de próstata |
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Herpes zóster |
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Accidente cerebrovascular (ictus) |
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Juanetes |
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Alteraciones de los sentidos |
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Incontinencia urinaria |
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Problemas con la alimentación | |
Caries y perdidas dentales |
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Dificultad para deglutir |
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Falta de interés por la alimentación |
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El sueño en el adulto mayor:
Algunos cambios fisiológicos producidos como consecuencia del envejecimiento provocan, a menudo, una alteración de los patrones de sueño y descanso en el anciano.
El sueño normal consta de dos periodos bien diferenciados: sueño no REM, que se compone de cuatro estadios, y sueño REM, en el cual se producen los sueños como tal.
En los ancianos, los estadios tres y cuatro, correspondientes al sueño profundo, decrecen significativamente e incluso algunos carecen prácticamente del estadio cuatro.
Esto explica que se produzcan numerosos despertares nocturnos, ya que los estadios uno y dos son de sueño más ligero y más fácilmente interrumpible por estímulos ambientales. Cuando se produce esta situación, aumenta el tiempo de vigilia hasta conciliar el sueño nuevamente. Asimismo, tienen periodos más cortos de sueño REM. Por otro lado, los ancianos demandan periodos cortos de descanso a lo largo del día y suelen acostarse más pronto y levantarse más temprano.
Todas estas modificaciones en el patrón de sueño tienen su origen en los cambios fisiológicos que experimentan diversas estructuras del sistema nervioso central:
Número de neuronas disminuido: lo que produce alteraciones motoras y sensoriales, tales como el deterioro de la visión, que puede reducir la sensibilidad a los estímulos externos de iluminación y oscuridad que incitan los patrones de sueño.
Neurotransmisores: su función eficaz disminuye, alterando así los procesos relacionados con el inicio y el mantenimiento del sueño.
Núcleos talámicos: contienen unas estructuras que son las responsables del insomnio persistente si se destruyeran. Por otro lado, en el hipotálamo, se encuentra el núcleo supraquiasmático, que es el responsable del cambio de ritmo circadiano en el anciano, con tendencia a acostarse pronto y levantarse temprano.
Recomendaciones para retrasar el envejecimiento:
El envejecimiento, como evento vital evolutivo, trae aparejado una serie de cambios biológicos, psicológicos y sociales que implican para el sujeto la necesidad de determinados ajustes. Experiencias de la vida y resultados de investigaciones demuestran que si se adopta un estilo de vida positivo y se realizan actividades que procuren un mejor funcionamiento del organismo y de la mente, se asegura una óptima calidad de vida en la tercera edad. "Los adultos de hoy serán las personas viejas de mañana".
Numerosos investigadores se afanan en encontrar una terapia, procedimiento o medicación que permita alargar al máximo posible la existencia humana.
El problema está en que no se trata sólo de dar más años a la vida, sino además de cómo otorgar más vida a los años, lo que significa lograr una longevidad con bienestar.
Numerosas investigaciones afirman que los estilos de vida condicionan la longevidad en un 75%. Para aprender la forma de llegar a viejo de manera exitosa hay que tener en cuenta los siguientes aspectos:
MOTIVACIÓN: se puede orientar hacia cualquier cosa, desde ayudar en la educación a los nietos hasta dedicarse a una actividad artística, cultivar el jardín u organizar una peña. En definitiva, consiste en seguir sintiéndose útil.
SALUD: se deben seguir los consejos de los profesionales de la salud y acudir a estos de forma precoz ante cualquier afección.
ALIMENTACIÓN: hay que evitar los excesos y comer moderadamente. Se puede comer de todo si se llevan a cabo algunos principios como: reducir las grasas animales, los dulces y la sal.
EJERCICIO: dedicar 40-50 minutos tres veces a la semana a caminar. La práctica del ejercicio no sólo sirve para mantener los músculos sino que mantiene el funcionamiento adecuado de distintos órganos, especialmente el corazón, los pulmones, el cerebro, el hígado y los riñones. Los ejercicios, en especial si se realizan en compañía, tienen además un efecto psicológico que hace que una vez que se ha logrado el hábito, se convierten en una placentera necesidad.
CULTURA: todas las manifestaciones de la cultura ayudan a enriquecerse espiritualmente y a relajarse, combatiendo el exceso de estrés... Leer un libro, tocar un instrumento musical, oír música, pintar, observar buenos cuadros… en fin, disfrutar de cualquier manifestación de arte alegra la vida y, por tanto, aporta mayor bienestar y calidad de la misma.
MEDIO AMBIENTE: un medio ambiente sano, y libre de contaminación, es imprescindible para una longevidad satisfactoria.
En definitiva, el envejecimiento cambia el comportamiento de las personas, pero a su vez, el cómo las personas se comportan influye en la forma en que envejecen. Diversos son los factores que determinan, median y motivan el logro de una longevidad con bienestar, pero resulta indudable que el sistema de actividades, el mantenimiento de expectativas, así como el predominio de un humor positivo, juegan un importante papel en este sentido.
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