Fractura de Cadera

Definición:

Una fractura de cadera o fracturas femorales proximales, se definen como una fractura entre la cabeza femoral y 5 cm por debajo del trocánter. Es una lesión que generalmente afecta a personas mayores de 65 años, en esta población ocurren cuando el hueso de la articulación de la cadera se rompe debido a una fuerte caída por pérdida del equilibrio y la descalcificación de los huesos (osteoporosis). La mayoría de las personas que sufren una fractura de cadera necesitan cirugía para reparar completamente la cadera y una terapia física extensa para aprender a caminar nuevamente La mayoría de las personas se recuperan por completo y pueden recuperar su independencia y calidad de vida.

Las causas de la fractura de cadera;

El fémur es el hueso más largo y más fuerte del cuerpo humano y al mismo tiempo el que mas sufre traumatismo especialmente en la población mayor, las causas mas importantes son:
  1. Fracturas de alta energía o lesiones traumáticas: Los huesos se rompen porque se les aplica una fuerza de alta energía, como al caer sobre una superficie dura o desde una altura considerable, golpes directos, en accidentes automovilísticos o se les aplica demasiado peso de forma repentina o repetitiva con el tiempo como las lesiones deportivas ( especielmente los extremos).
  2. Lesiones por estrés (también conocido como microtrauma en el hueso): Estos imitan los síntomas de tendinitis o tensión muscular, y son más difíciles de discernir y diagnosticar. Ocurren gradualmente con el tiempo, y pueden no involucrar todo el hueso, pero sin embargo consisten en grietas finas en el fémur, generalmente causadas por movimientos repetitivos y el uso excesivo de la cadera.
  3. Condiciones patológicas: Las afecciones como tumores, osteoporosis y otras enfermedades pueden debilitar los huesos y hacerlos frágiles y fáciles de romper, o causar el debilitamiento de la cápsula que nutre y lubrica la articulación. Por lo tanto, una fractura patológica ocurre como resultado de una enfermedad, en lugar de una lesión.
    Una fractura patológica ocurre cuando menos se espera, comúnmente cuando alguien realiza tareas ordinarias. Por ejemplo, acciones comunes como toser, salir de un automóvil o agacharse pueden causar una fractura en un hueso debilitado por una enfermedad. Las enfermedades subyacentes erosionan la fuerza del hueso hasta el punto en que ya no puede soportar el peso habitual que se le aplica. Un tumor, por ejemplo, puede comerse en un punto del hueso, haciendo que se convierta en el punto focal de la ruptura.
  4. Efectos secundarios de la medicación: El uso de cantidades considerables de hormonas tiroideas para una tiroides problemática, por citar un ejemplo, puede causar problemas en los huesos. Además, varios medicamentos recetados con frecuencia disminuyen la masa y densidad ósea. El mismo efecto puede emanar de algunos medicamentos contra el cáncer, medicamentos que tratan la endometriosis y medicamentos que contienen un esteroide llamado glucocorticoides que se usan para controlar afecciones como el asma y la artritis. Si le preocupa la salud ósea y las posibles fracturas, asegúrese de hablar con su médico si está tomando alguno de estos medicamentos.
  5. Bajo peso corporal: El bajo peso corporal en las mujeres en particular involucra huesos más pequeños que los ponen en mayor riesgo de osteoporosis.

Signos y síntomas:

Si se ha caído o ha sufrido una fractura de cadera, los signos que sentirá son dolor, hinchazón importante en el área del hueso del muslo superior o una malformación en la estructura ósea alrededor de la cadera o un poco más abajo. Sin embargo, hay momentos en que el hueso no se desplaza y no se puede saber de inmediato si ha tenido una fractura. Sin embargo, más comúnmente, esto es lo que puede experimentar:
  1. El resultado más probable es que sentirá dolor al intentar moverse o al tocar el área del hueso de la cadera o la parte superior del muslo. Cuando eso sucede, también puede desmayarse o sentir náuseas o vómitos.
  2. Es posible que escuche un chasquido o chasquidos repentino, o un ruido chirriante o aplastante.
  3. Puede visualizar y sentir un hematoma o sensibilidad gradual alrededor de las áreas de la cadera y las nalgas, o puede sentir y observar algo de inflamación.
  4. En los casos severos, por ejemplo, como resultado de un accidente automovilístico o una lesión deportiva extrema, es posible que vea el fémur sobresalir por la piel.
  5. Si la fractura es pequeña, es posible que no sientas nada por un tiempo, hasta que comiencen a aparecer signos de flogosis o dolor recurrente.
Otros signos IMPORTANTES de fractura incluyen:
  • Cambio en la posición del pie: cuando una persona se acuesta, se gira hacia afuera y el borde exterior se apoya contra la superficie debajo de él;
  • Asimetría mal expresada de los pliegues de la ingle: desde el lado lesionado, se ubican más arriba;
  • Síndrome del talón atascado: una persona que está acostada no puede levantar una pierna lesionada.
La mayoría de las veces, tales lesiones, están lejos de manifestarse claramente, lo que lleva a la actuación tardía del tratamiento o para reclamar ayuda médica. Una persona lesionada no siempre comprende que tiene un hueso roto. Es capaz de confundir coxartrosis, osteocondrosis, ciática, moretón o una aguda molestia después de una fractura.

Factores de riesgo:

La tasa de fracturas de cadera aumenta notablemente a causa de lo siguiente:
  1. La edad. La densidad ósea y la masa muscular tienden a disminuir con la edad. Las personas mayores también pueden tener problemas de visión y equilibrio, lo que puede aumentar el riesgo de sufrir caídas.
  2. El sexo. Alrededor del 70 % de las fracturas de cadera se producen en mujeres. Las mujeres pierden la densidad ósea con mayor rapidez que los hombres; en parte, esto ocurre porque la disminución de los niveles de estrógenos que se produce en la menopausia acelera la pérdida ósea. Sin embargo, los hombres también pueden desarrollar niveles peligrosamente bajos de densidad ósea.
  3. Trastornos médicos crónicos. Los trastornos endocrinos, como la tiroides hiperactiva, pueden provocar fragilidad en los huesos. Los trastornos intestinales, que pueden reducir la absorción de la vitamina D y el calcio, también pueden provocar debilidad en los huesos y fractura de cadera.
  4. Los trastornos médicos que afectan el cerebro y el sistema nervioso, como el deterioro cognitivo, la demencia, la enfermedad de Parkinson, los accidentes cerebrovasculares y la neuropatía periférica, también aumentan el riesgo de sufrir caídas.
  5. Algunos medicamentos. Algunos medicamentos con cortisona, como la prednisona, pueden debilitar los huesos si los tomas durante un tiempo prolongado. Determinados medicamentos o combinaciones de medicamentos pueden hacerte sentir mareado y más propenso a las caídas. Los medicamentos que actúan sobre el sistema nervioso central, como los medicamentos para dormir, los antipsicóticos o los sedantes, incluidas las benzodiazepinas, son los más asociados con las caídas.
  6. Problemas nutricionales. La falta de calcio y de vitamina D en la alimentación cuando eres joven disminuye el pico de masa ósea y aumenta el riesgo de sufrir fracturas en las etapas posteriores de la vida. Los trastornos alimenticios graves, como la anorexia nerviosa y la bulimia, pueden dañar la estructura ósea, ya que privan al organismo de los nutrientes esenciales que son necesarios para el fortalecimiento de los huesos.
  7. Falta de actividad física. Los ejercicios que implican soportar peso, como caminar, ayudan a fortalecer los huesos y los músculos, lo que reduce la posibilidad de sufrir caídas y fracturas. Si no practicas ejercicios que impliquen soportar peso con frecuencia, puedes tener una menor densidad ósea y huesos más débiles.
  8. Consumo de tabaco o alcohol. Ambas situaciones pueden interferir en los procesos normales de fortalecimiento y mantenimiento de los huesos, lo que genera una pérdida ósea.

Diagnóstico y Clasificación:

La mayoría de las fracturas de cadera son diagnosticadas tras recogerse la historia de una caída que trajo como consecuencia dolor en la cadera, imposibilidad de caminar, o bien, estando el paciente acostado, cuando la extremidad afectada muestra el pie rotado hacia fuera. 
Para la confirmación del diagnóstico de fractura de cadera se solicitaran:
  • Radiografía: Una radiografía produce imágenes de las estructuras densas dentro del cuerpo, como los huesos. Si sufrió una fractura de cadera completa, esta prueba producirá una imagen de ella.
  • Resonancia magnética: Las imágenes de resonancia magnética hacen un gran trabajo al generar imágenes de fracturas de cadera incompletas. Una fractura de cadera incompleta es cuando el hueso no se rompe completamente; solo se rompe parcialmente. Si la radiografía no detecta la fractura, la resonancia magnética lo hará.
El tipo está determinado por la ubicación de la fractura ya sea fracturas intra-capsulares y fracturas extra-capsulares. Estos 2 grupos se dividen, además, de acuerdo con el nivel especifico del hueso en el que ha ocurrido la fractura y la presencia o ausencia de desplazamiento de los fragmentos óseos:
  1. Fractura capital (La cabeza del fémur) la superficie redondeada en el extremo del hueso que encaja en una cavidad de la pelvis.
  2. Fractura subcapital (justo por debajo de la cabeza del fémur).
  3. Fractura del cuello del fémur: este tipo de ruptura ocurre en el fémur aproximadamente a 1 o 2 pulgadas de donde la cabeza del hueso se encuentra con la cavidad. Una fractura de cuello femoral puede cortar la circulación sanguínea a la bola de la cadera al romper los vasos sanguíneos.
  4. Fractura trocantérea (a nivel del trocánter, una zona por debajo del cuello del fémur).
  5. Fractura subtrocantérea: cuando la fractura de cadera está por debajo del trocánter menor.
  6. Fractura de cadera intertrocantérea o transtrocanterica: Ocurre más lejos, entre el cuello del fémur y el trocánter menor a unas 3 a 4 pulgadas de la articulación. No detiene el flujo de sangre al fémur y puede ser mas facil de reparar.

Tipos de fractura de cadera

Sistema de clasificación de Garden

I                                                    II
III                                                        IV


  1. Facturas con una línea de fractura incompleta a través del cuello femoral y posición en valgo del fragmento proximal
  2. Facturas con una línea de fractura completa a través del cuello femoral y sin desplazamiento entre los fragmentos proximal y distal
  3. Fracturas con una línea de fractura completa a través del cuello femoral y desplazamiento en varo del fragmento proximal que es menor de 50% del diámetro del cuello femoral 
  4. Fracturas con desplazamiento en varo de más del 50% del diámetro del cuello femoral o disociación completa de los fragmentos proximal y distal.

Tratamientos de fractura de cadera:

Hay varios factores que afectan a la decisión de tratamiento. Entre ellos podemos destacar:
  1. La afectación de la fractura a la vascularización de la zona: la mayor parte de la sangre que llega a la cabeza femoral lo hace a través del cuello del fémur. Si éste está fracturado, es posible que la cabeza se necrose, aunque se logre una buena fijación. Por ello es habitual usar prótesis en las fracturas subcapitales y del cuello femoral.
  2. El grado de osteoporosis del paciente: si el hueso del paciente es débil, es posible que los dispositivos de fijación (clavos o placas) fracasen por no lograr un buen anclaje. Sin embargo, una prótesis cementada puede lograr una fijación rápida que le devuelva la movilidad al paciente.
  3. La existencia de patologías previas: en personas con patologías previas asociadas es de vital importancia el devolverles a la actividad. Así se evita una cascada degenerativa. En estos casos, tal vez la prótesis sea una solución más adecuada.

Tratamiento conservador (no quirúrgico):

El tratamiento no quirúrgico generalmente solo se recomienda a personas que están demasiado enfermas para someterse a cualquier forma de anestesia o personas que no pudieron caminar antes de su lesión. Los tratamientos no quirúrgicos también se pueden recomendar a personas con fracturas de cadera que no resultaron en el movimiento del hueso. Estas fracturas se conocen como fracturas estables. El plan de tratamiento para estas personas es evitar por completo ejercer presión sobre la cadera, lo que generalmente implica reposo en cama hasta que la fractura comience a sanar.

Si los pacientes están confinados al reposo en cama como parte del tratamiento de estas fracturas, deberán ser monitoreados de cerca para detectar complicaciones que pueden ocurrir por la inmovilización prolongada. Estos incluyen infecciones, úlceras de decúbito, neumonía y coágulos sanguíneos. Además, si tuvo una fractura estable, también tendrá que ser monitoreado porque es muy fácil que su fractura se vuelva inestable. Su médico tomará radiografías frecuentes para asegurarse de que esto no suceda.

La curación podría llevar muchas semanas o meses, con monitoreo intermitente por medio de rayos X y otros tipos de escáneres. Los médicos del paciente también controlarían posibles problemas relacionados con la inactividad, como llagas en la cama, coágulos de sangre y neumonía. En algunos casos, una estadía en un centro de enfermería especializada podría recomendarse como un lugar óptimo para la rehabilitación de una fractura de cadera

Tratamiento quirurgico:

Hay varios procedimientos diferentes disponibles y se utilizan según el tipo de fractura que tenga.

El abordaje quirúrgico, depende del tipo de fractura y del tipo de paciente. Lo normal cuando alguien sufre la rotura de un hueso es intentar curar esa fractura… Pero ya hemos dicho que la fractura de cadera no es una fractura típica. Por ello, el traumatólogo tiene dos posibles opciones de tratamiento:
  1. Fijación de la fractura, buscando su consolidación. Para ello se utilizan dispositivos tales como clavos o clavos-placa.
  2. Reemplazo de la articulación de la cadera mediante una prótesis 
Lo habitual es intentar Fijar las fracturas de los pacientes más jóvenes mediante el uso de el uso de tornillos canulados  y reemplazar con prótesis las de los de más edad. La prótesis es el tratamiento de elección para las fracturas del cuello femoral y subcapitales, mientras que la fijación suele preferirse en las fracturas trocantéricas y subtrocantéricas. 

En general se puede:
  1. Fijar la fractura con tornillos, uniendo entre sí las partes separadas por la fractura. A veces se utiliza una placa metálica para facilitar la unión.
  2. Colocar un clavo en el interior del hueso que permita unir los dos fragmentos separados por la fractura. Generalmente cuando las fracturas son más bajas.
  3. Colocar una prótesis metálica que sustituya a la cabeza y/o al cuello del fémur que esté roto. A esto se le denomina reemplazamiento parcial de cadera.
  4. Colocar una prótesis metálica que incluya la cabeza y el cuello del fémur y un acetábulo nuevo. A esto se le denomina reemplazamiento total de cadera. Suele colocarse si la cadera ya estaba muy dañada, por ejemplo por una artrosis.
Tras la intervención quirúrgica es necesaria una movilización rápida de la extremidad y la realización de programas de rehabilitación dirigidos a recuperar rápidamente la movilidad del paciente.





 Tipos de prótesis de cadera:
  1. Prótesis total de cadera: Compuesta por un vástago que une la prótesis al fémur; un cotilo que la fija a la pelvis y dos componentes que articulan entre sí: la cabeza femoral y el inserto acetabular. Las prótesis totales de cadera suelen usarse en los casos de artrosis o desgaste articular.
  2. Prótesis parcial de cadera: Al igual que la prótesis total, se fija al fémur por medio de un vástago, pero la cabeza femoral (de mayor tamaño que en el caso de las prótesis totales) articula directamente contra la pelvis. Esto se debe a que se emplea en el tratamiento de fracturas del fémur y se supone que el acetábulo puede no estar desgastado. Además, las fracturas suelen darse en pacientes que caminan poco y el no utilizar cotilo hace que la cirugía sea algo menos agresiva.
  3. Prótesis de revisión: Puede ser total o parcial. Son prótesis que se utilizan para reemplazar una ya existente y que presenta algún problema. Normalmente son de mayor tamaño y pueden tener componentes modulares para adaptarse a una anatomía que ya no es la original del paciente.
  4. Prótesis de resuperficialización (o resurfacing): Son una especie de capuchón metálico que se sitúa sobre la cabeza femoral y que articula contra un cotilo también metálico. Fueron diseñadas pensando en pacientes jóvenes con buena calidad ósea y que, por su esperanza de vida, posiblemente tendrían que enfrentarse a una o varias cirugías de revisión de la prótesis. Sin embargo, algunos modelos han presentado problemas de durabilidad y hoy en día es más habitual el uso de prótesis totales con vástagos más cortos que los convencionales.


Complicaciones de cirugía de cadera rota:

Pueden surgir varias complicaciones después de una cirugía de cadera rota:
  1. Coágulos de sangre: Los coágulos de sangre en las venas de las piernas son un riesgo común para los procedimientos quirúrgicos de fractura de cadera. A veces pueden atravesar el corazón hasta los pulmones y causar embolias pulmonares.
  2. Puede haber daños en los nervios o los vasos sanguíneos, o se puede cortar el suministro de sangre en parte de la parte superior del hueso del muslo, lo que hace que el hueso se debilite y luego muera. 
  3. Desalineación de implantes: La desalineación de los implantes puede provocar aflojamiento, desgaste excesivo, dolor y luxación de cadera después de la cirugía. Es posible que partes del hueso de la cadera no se unan o se realineen correctamente en la posición correcta.
  4. Diferencial de longitud de pierna (LLD): También hay incidentes cuando surge una discrepancia entre el alcance de una pierna en comparación con la otra.
  5. Infección: Las infecciones no son tan comunes como la infección de inicio tardío o incluso una infección superficial, a pesar de que los antibióticos se administran antes, durante y después de la operación.
  6. Aflojamiento del implante: A largo plazo, puede producirse un aflojamiento del implante del hueso. El aflojamiento puede ser el resultado de una infección, pero generalmente lo es o el resultado de técnicas defectuosas durante la cirugía.
  7. Fracturas: Las fracturas pueden ocurrir alrededor o en la punta del vástago protésico, generalmente debido a la colocación incorrecta del implante. Mayor pérdida de la masa muscular, lo que aumenta el riesgo de sufrir caídas y lesiones
  8. Reacciones alérgicas u otras: Las alergias al níquel por los restos de los implantes pueden causar reacciones tisulares y generalmente se producen debido a copas mal colocadas.
  9. Deterioro cognitivo: El procedimiento puede acelerar inadvertidamente la confusión cognitiva o la demencia en personas mayores que ya pueden estar en riesgo.
  10. Deterioro de la integridad de la piel: Las úlceras por presión o las úlceras pueden convertirse en un problema como resultado de pasar mucho tiempo en la cama o en las sillas
A pesar de todas esas posibles complicaciones, la gran preponderancia (98%) de todas las cirugías de cadera y reemplazo de cadera fracturadas se produce sin ningún problema de discapacidad. 

Rehabilitación tras cirugía de fractura de cadera:

Después de la intervención:
  1. Ha de seguir el programa de rehabilitación ambulatoria indicado por su fisioterapeuta. Caminar es un ejercicio excelente, aunque deberá usar muletas hasta que su médico o rehabilitador le recomiende lo contrario.
  2. Cuide la herida de acuerdo con las indicaciones dadas por el personal de enfermería del hospital.
  3. Siga la pauta de analgesia prescrita por su médico y cumpla escrupulosamente con la toma de medicamentos pautados.
  4. Evite sentarse en sillas bajas y utilice un alza en el inodoro.
  5. No se siente durante demasiado tiempo ni permanezca de pie de manera prolongada.
  6. No cruce las piernas ni se arrodille.
  7. Intente mantener una dieta correcta y un peso corporal adecuado.
  8. No conduzca ni realice actividades físicas intensas hasta que su médico se lo indique.

Prevención:

Las elecciones del estilo de vida saludables durante el comienzo de la adultez construyen un pico de masa ósea mayor y reducen el riesgo de osteoporosis en los años posteriores. Las mismas medidas pueden disminuir el riesgo de caídas y mejorar la salud general si las adoptas a cualquier edad.
Para evitar caídas y mantener huesos sanos:
  1. Obtén suficiente calcio y vitamina D. Como regla general, los hombres y mujeres de 50 años en adelante deben consumir 1200 miligramos de calcio por día, y 600 unidades internacionales de vitamina D por día.
  2. Haz ejercicio para fortalecer los huesos y mejorar el equilibrio. Los ejercicios que soportan peso, como caminar, te ayudan a mantener el pico de densidad ósea durante más años. El ejercicio también aumenta la fuerza general, lo que disminuye las probabilidades de caerse. El entrenamiento del equilibrio también es importante para reducir el riesgo de caídas, ya que el equilibrio tiende a deteriorarse con el avance de la edad.
  3. Evita fumar o beber en exceso. El consumo de tabaco y alcohol puede reducir la densidad ósea. Beber demasiado alcohol también puede deteriorar el equilibrio y aumentar las probabilidades de caídas.
  4. Evalúa tu hogar en busca de peligros. Retira las alfombras, mantén los cables eléctricos contra la pared, y despeja el exceso de muebles y cualquier cosa que pueda provocar una caída. Asegúrate de que todas las habitaciones y los corredores estén bien iluminados.
  5. Controla tus ojos. Realízate un examen de la vista cada dos años, o con mayor frecuencia si tienes diabetes o una enfermedad ocular.
  6. Ten cuidado con los medicamentos. Sentirse débil o mareado, que son efectos secundarios posibles de muchos medicamentos, puede aumentar el riesgo de caídas. Habla con el médico sobre los efectos secundarios de los medicamentos que tomas.
  7. Levántate lentamente. Levantarse muy rápido puede causar que la presión arterial disminuya y te haga sentir débil.
  8. Usa un bastón o andador. Si no te sientes estable cuando caminas, pregúntale al médico o terapeuta ocupacional si estos soportes te pueden ayudar.









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